martes, octubre 02, 2012
Transformación y protagonismo de niños – adolescentes y jóvenes en su programación de radio y tv. Base metodológica al proyecto Voces del Futuro III
DESARROLLO
CAPÍTULO I: PRESUPUESTO TEÓRICO – METODOLÓGICO EN LA FORMACIÓN DE VALORES
DESDE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
Cuando nos detenemos a pensar
en lo educativo en la programación radial reparamos en la complejidad de la
educación entendida en su concepción más amplia, pues trasciende las
instituciones escolares y los procesos específicos de enseñanza – aprendizaje:
relación profesor – alumno, estrategias educativas, métodos, técnica, etc.
De una forma u otra toda la
superestructura social participa en la educación: el Estado, el Derecho, la
Ideología, la Moral, la Religión, el Arte, la Cultura, la Ciencia; tanto a
nivel de conciencia teórica, como a nivel de conciencia cotidiana y de psicología
social se producen e intercambian ideas que van a provocar influencias sobre
las actitudes y la conducta de los individuos, incidiendo en la socialización
de la personalidad y en los diferentes niveles de articulación entre el
individuo y la sociedad.
“La comprensión de la educación en este sentido
amplio nos facilita visualizar cómo ella recibe las influencias no sólo del
factor económico de la sociedad sino de toda la superestructura política,
ideológica y cultural a la vez que,
recíprocamente, ella ejerce su propia influencia sobre todas las esferas de la
vida social.” (4)
Como mencionamos, el Manual de
Calidad de la Radio Cubana norma que la
programación radial ejerce función educativa, informativa, cultural, recreativa, de entretenimiento,
orientación y divulgativas. Para los programas infantiles y juveniles la
función primordial es la educativa. Dada la temática elegida, se aborda lo
educativo en intenciones y elecciones en la información, la explicación, el
desarrollo y el intelecto.
Las facultades psíquicas
provocan curiosidad, análisis y propician situaciones de aprendizaje. Se busca
problematizar y relacionar los asuntos tratados con las realidades de la
sociedad a fin de atraer el interés de los oyentes a la vida, a las circunstancias.
Finalmente acercarse a la persona, propiciar que se personalicen los mensajes
mediante el empleo de lenguajes y símbolos que ayuden a comprender lo que
quieren decir los fenómenos, su valor, y la formación del sentido personal, el
hallazgo de lo sentido.
Este proceso de formación de
valores desde la radio, se identifica en lo afectivo –cognitivo y es un
resultado cultural empadronado en la larga tradición del pensamiento y la
acción más avanzados desde el punto de vista ideológico, político y social,
predominante siempre en palabras como las pronunciadas por Fidel Castro Ruz en
el VI Congreso de la UNEAC cuando expresó: “lo primero que hay que salvar es la
cultura”.
La concepción de lo educativo
no constituye un modelo cerrado y concluido; por el contrario, para la presente
investigación estos pasos han servido como referentes teórico – prácticos y
como acciones que van a permitir incursionar en la práctica desde sus modelos
explicativos y transformadores. Esta forma de abordar lo educativo se encuentra
en la concepción de otros profesionales de los medios.
Como la propuesta por Demetrio
Elizalde Sotomayor, en el sitio digital de la Radio Cubana, cuando cita lo planteado por los profesores
de la Universidad
de Granada, España, María Jesús Gallego Arrufat y María del Carmen Martínez
Serrano en el acápite referido a “Las Aplicaciones Didácticas de los Medios
Sonoros. La Radio”.
La Función Educativa es
aquella que “Contribuye
al desarrollo de la capacidad intelectual del hombre, en el contexto de las
necesidades de instrucción que demanda la sociedad, a la vez que trabaja en el
aspecto gnoseológico de los problemas. Se puede apoyar en métodos o
instrumentos didácticos y pedagógicos” (5).
El Sistema de la Radio Cubana,
hasta el año 2005, contaba con un total de 118 espacios cuya función principal
es educativa. En lo que nos compete, a través de esta función, indirectamente, la Radio forma valores y
transforma como ente socializador.
Por cuanto se busca la
intencionalidad de crear valores, desde los programas por su escucha y propia
concepción. Implementar, desde estas edades, sus niveles de captación frescos,
versátiles; emplear su propia manera de hacer, además de incrementar su sentido
utilitario como ser social, nos aporta mejores niveles de audiencia. La radio
se enriquece con sus niveles de creatividad y asume elementos nuevos para
lograr la magnificencia de un producto enriquecedor para un destinatario
completamente activo.
La posibilidad de tener
llámese mp3, mp4, ipot, iphon (u otros celulares iPhone, android, iPad,
BlackBerry, Windows Phone 7, Nokia s40), antena parabólica, cable, computadora
con internet, intranet, nintendo, xbox, y el konect, o el intercambio de
programas, seriales, fotos, documentales que pasan de una mano a otra sean
publicadas en los medios de prensa o en
medios alternativos, conexiones o entrada y salida de materiales de manera
legal o no, impone una comunicación otra a niveles mediáticos.
En las etapas de
desarrollo se relaciona la maduración de
la psiquis y depende de complejos factores psicosociales originados
principalmente en el seno familiar, pero también asociados a la cultura
predominante y las prácticas más populares, sobre todo grupal.
“Stanley Hall, “el padre del estudio del niño”, consideraba que ya para la adolescencia ocurría
un nuevo nacimiento en la personalidad del individuo, y denominó esta etapa
Storm and Stress (tormenta y tensión)”. (6)
En ese marco de influencias
contradictorias hay que prever las consecuencias posibles, pues el despliegue
de los valores en las individualidades de niños y adolescentes puede ser
problemático por causa de las contradicciones axiológicas contenidas en los
sistemas sociales de que se trate.
Es por eso que hemos trabajado
cuidadosamente el valor laboriosidad como un valor referente a aspiraciones que
son deseables en nuestro contexto social, pero difícil de realizar de un modo
absoluto, de ahí que nuestro principal propósito, a través de las acciones
educativas propuestas y realizadas, haya sido fomentar actitudes y
predisposiciones que, implicando una determinada relación cognitiva – afectiva
hacia la laboriosidad, influyan en el comportamiento de niños y adolescentes y
se expresen y organicen de manera que se desplieguen en ella y por ella la
individualidad propia.
Quizá
la más próxima al trabajo sea la laboriosidad, precisamente porque “el carácter del
valor de la laboriosidad deriva del hecho de que realiza la obligación de
trabajar que incumbe a todo hombre”. (7)
En
realidad, esta competencia o valor humano es propio de personas que están dispuestas
a hacer, a trabajar, a colaborar. . . sin vivir sólo en la esfera del
rendimiento, del beneficio personal. La laboriosidad es un hábito, una cualidad
espiritual, no es simplemente, una coacción ni un ímpetu exclusivo, no una
inclinación egocéntrica, ni un puro hábito activista. El valor de la
laboriosidad hace referencia a una tarea de servicio. . . donde el ser humano
encuentra más oportunidades de servir, dado el número de horas diarias
dedicadas a estos trabajos.
El
trabajo y la diversión no han de ser necesariamente contrarios, entre otras
cosas, porque si no, la mayoría de las personas, tendrían que dedicar
muchísimas horas al trabajo para poder divertirse un poco.
Son
muchas las cosas que podemos lograr por medio del trabajo. Se trata de una
fuerza con un gran poder de transformación, que ha llevado a la humildad a los
más altos niveles de desarrollo y civilización. Es por su importancia social y
por su peso en el crecimiento personal
que se ha seleccionado el valor laboriosidad para ser trabajado con más empeño
en el transcurso de esta investigación – acción.
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